Iker Frangie, el recién nombrado titular de la Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente (Proepa), enfrenta fuertes críticas debido a un posible conflicto de interés en temas ambientales de Zapopan, municipio encabezado por su padre, Juan José Frangie.
Colectivos ambientales cuestionaron la idoneidad de Iker Frangie para el cargo, señalando que su vinculación familiar con el titular del gobierno municipal de Zapopan podría comprometer la objetividad y eficacia en la gestión ambiental.
También mencionan que Zapopan enfrenta problemas ambientales graves, como la presión de los desarrolladores inmobiliarios sobre el bosque del Nixticuil y la contaminación generada por el basurero de Picachos, ubicado en la carretera a Colotlán. “La designación de Frangie genera dudas sobre cómo se abordarán estos temas sensibles en el municipio, donde el conflicto de intereses es evidente”, destacaron.
La preocupación principal radica en el alto grado de influencia que los intereses inmobiliarios tienen sobre la ciudad, y cómo estos podrían entrar en contradicción con la labor de la Proepa.
“El municipio concentra una gran parte del patrimonio medioambiental del Área Metropolitana, además de ser un foco de desarrollo inmobiliario. ¿Cómo nos garantizarán que esa cercanía familiar no influirá en las decisiones?”, expresó una activista ambiental.
También se criticó a Pablo Lemus por no haber consultado a colectivos ambientales antes de nombrar a Iker Frangie. “MC y Lemus siempre afirman trabajar con activistas, pero ¿por qué no escuchar a estos colectivos y permitirles proponer un perfil con experiencia real en el tema?”, cuestionaron.
Los colectivos continúan promoviendo la protección del Nixticuil, y la declaración como Área Natural Protegida de la sierra de Tesistán y el Cerro del Col, para evitar su urbanización y preservar el entorno natural de Zapopan.
Deja una respuesta